-Dipipipip, dipipipip, dipipipip- Fueron los primeros sonidos que escuche cuando aun estaba en una especie de trance en el que no estas dormido pero todavía no te has despertado, era la alarma de las seis y media y un día repugnante estaba apunto de empezar, pero yo eso todavía no lo sabia, así que me prepare y me fui pitando para no perder el autocar. A la mitad de camino entre la parada del bus escolar y mi casa me di cuenta de que había cogido las llaves de mi padre, me quede dudando unos segundos hasta que decidí devolvérselas, ya que si no, mi padre no podría arrancar el coche ni ir a trabajar. Así fue como perdí el autocar y tuve que esperar al dieciocho, que pasaba veinte minutos mas tarde. Cuando por fin llegó, el reloj del bus marcaba las ocho menos cuarto y aun me faltaba un buen camino para llegar, pero al final solo me retrase dos o tres minutos.
El resto de la mañana transcurrió de forma normal y sin ningún percance, hasta que me dispuse a cruzar la puerta del instituto para irme (ya eran las tres y todos los alumnos salían de clase para ir a sus casas a comer) yo me di prisa y cogí un buen sitio en el autocar, pero cinco o diez minutos después de que arrancara me di cuenta de que no me tenia que ir al coll, sino a casa de mi madre (en Palma) y no me podría bajar hasta la primera parada que hiciera el conductor, así que me espere hasta que el bus escolar llegara a la gruta y una vez allí me fui a la parada de enfrente para coger el quince, el cual pasaba en diez minutos, al igual que el treinta, y yo preferiblemente cojo el treinta ya que tiene un recorrido mas corto y siempre va mas vació, bueno, la cuestión es que al llegar el quince le pregunté al conductor si el treinta pasaría pronto y me respondió que iba detrás de el, le di las gracias y regrese a la parada a prestar atención al próximo bus, tal y como me dijo el conductor, nada mas irse él apareció un bus, yo mire de reojo el numero que era y claramente vi el treinta, así que una vez dentro me puse bien cómodo en un asiento y me dispuse a leer, pero al cabo de dos paradas se subió la monitora del autocar e interrumpió mi lectura.
-¿Tu no ibas en el autocar con migo?- me pregunto intrigada
-Si, pero no me acorde de que hoy tenia que irme a Palma- le respondí con una voz seca pero con un toque gracioso y como no me apetecía hablar, baje la mirada y seguí leyendo, la mujer se sentó al lado mía, y me cuestioné si debiera entablar una pequeña conversación con ella, ya que parecía que tenia ganas de hablar. En un principio le iba a preguntar que en que parada se tenia que bajar, pero me lo pensé dos veces y sinceramente, ni me apetecía hablar, ni me apetecía saber realmente a donde iba, así que seguí leyendo. La monitora era una mujer bajita ,delgada con el pelo largo y rubio, de ojos marrones y con unas cuantas pecas esparcidas por la cara.
Paso el tiempo y no me di ni cuenta, hasta que una voz femenina que parecía ser la monitora volvió a interrumpir mi lectura.
-Y tu...¿En que parada te bajas?-me pregunto un tanto extrañada.
-En la plaza de la reina, creo que es la ultima parada-le respondí con toda naturalidad, y apunto estaba de volver a retomar la lectura cuando me anunció que este bus no paraba en la plaza de la reina, yo no me lo podía creer, se ve que sin las gafas al mirar de reojo al bus vi el numero treinta y no el veintiocho.
-¿Este no es el treinta?- le pregunte ya un poco alterado.
-Hay hijo mio... ¡Que este es el 28!,si no te bajas en esta parada te llevara a Son llatzer, mira bájate ahora con migo que yo también me paro aquí- me dijo con tono apremiante mientras con una mano le daba al botón y con la otra cogía el bolso.
Yo me estaba empezando a exasperar, pero no me dio tiempo a pensar que hacer, las puertas del bus se abrieron y la monitora me llamaba con la mirada, como diciéndome que me diera prisa, guarde mi libro en la mochila y me baje del bus.
-Andaa quee vaya día que llevas ¿eh?- Me dijo la monitora con una sonrisa. Yo no respondí, simplemente la mire y espire por la nariz mientras levantaba un poco la cabeza.
-Mira, ahí en frente hay un parada de buses, solo tienes que cruzar el paso de cebra-me señalo con el dedo- si coges el siete te llevara a la plaza de la reina, lo malo es que tarda mucho en venir y el recorrido que hace es muy largo, pero no hay otro bus que pueda llevarte.
Le di las gracias y me despedí con la mano mientras le decía adiós. A parir de ese momento todo ocurrió muy rápido. Vi un bus aproximándose a la misma parada a la que iba yo, el semáforo estaba en rojo para los peatones y yo no podía cruzar, me di cuenta de que había un botón de "Espereu verd", apreté bien fuerte, pero con una decepción tremenda me di cuenta de que no funcionaba, me puse las gafas y comprobé con una decepción aun mayor que el bus que ahora mismo estaba en la parada era el numero siete, me quede absorto, sin saber que hacer, sin poder cruzar... y en cuanto me quise dar cuenta el bus ya había desaparecido. Una vez ya en la parada, me senté y mire cuanto faltaba para el siete, me quede atónito, ¡cuarenta minutos!, no me esperaba eso cuando la monitora me dijo que tardaba mucho en venir, y eso que hace unas semanas cogí también el numero siete ,estuve esperando hasta que vino y no se me izo tan eterno...bueno,volví a sacar el libro y empece a leer.
Cuando por fin llegó el siete me apresure a entrar para poder acomodarme, me senté en un asiento reservado para embarazadas, minusválidos o gente mayor, pero como el bus iba prácticamente vacío no le di importancia. Con la mirada busque a alguien que tuviera reloj y le pregunte la hora, ¡las cinco en punto!, esto se me estaba yendo de las manos... Cuando llegué a mi casa eran las seis menos veinte y mi madre estaba ya discutiendo conmigo, que si esas no eran horas de llegar uno a casa, que como nunca tienes el móvil no se te puede llamar, que si esto, que si lo otro... Yo admití que se me havia pasado la hora, pero que no pude hacer nada por evitarlo. Bueno, lo que le dicen a uno cuando llega tres horas tarde a casa. Mi madre olvidaria el asunto en unos días, así que mientras tanto tendré que asentir con la cabeza y a aguantar las broncas.
Tener mínimo 40 líneas. Hay unas 60.
- Que vosotros seais el personaje protagonista y tengáis un antagonista.
Protagonista: yo.
Antagonista: el destino/la mala suerte.
- Que tenga marcadores temporales: Aún, después, apunto de...
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Verbos de acción: Me preparé, apreté, me senté...
- Que esté estructurada en introducción, nudo y desenlace.
Introduccion: Dese que me despierto hasta que llego al instituto.
Nudo: Desde que salgo del instituto hasta que llega el autobús numero siete.
Desenlaze: Desde que cojo el bus numero 7 hasta que llego a mi casa.
- Que tenga un trocito de diálogo en estilo directo: -¿Tu no ibas en el autocar con migo?- me pregunto intrigada
-Si, pero no me acorde de que hoy tenia que irme a Palma-
y otro en estilo indirecto. Mi madre estaba ya discutiendo conmigo, que si esas no eran horas de llegar uno a casa, que como nunca tienes el móvil no se te puede llamar, que si esto, que si lo otro...
- Que haya al menos una descripción:
Retrato: La monitora era una mujer bajita ,delgada con el pelo largo y rubio, de ojos marrones y con unas cuantas pecas esparcidas por la cara.
- Que haya al menos dos verbos dicendi: le pregunté, admití
- Que haya una retrospección:Hace unas semanas cogí tambienel numero siete
y una anticipación: Olvidaria el asunto en unos dias
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Acción principal: El destino